"No es oro todo lo que reluce" dice el sabio refranero español, pero yo le pongo un matiz, "ni basura todo lo que huele".
Las apariencias pueden jugar malas pasadas. Merecidas, por prejuzgar a la gente antes de conocerlas y a veces se confirman, para bien o para mal.
Porque nada es lo que parece. Todo lo que parece bueno a simple vista puede tener un trasfondo oscuro. Parece tan obvio como que una famosa financiera que se anuncia constantemente en la tele ofrece créditos de 6000 o 12000 euros en 24h. Claro, lógico, detrás vienen los intereses, escandalosos, que acabas pagando más intereses que el propio crédito.
Es por eso que es muy importante prestar mucha atención a nuestro alrededor, conocer nuestro entorno de manera calmada y consecuente, y entonces, y solo entonces, podremos lanzar un juicio de valor con cierta veracidad contrastada.
A veces oimos el principio de una canción y con solo oir 10 segundos ya nos atrevemos a decir si es de nuestro agrado o no, sin prestar atención a la letra y a lo que intenta transmitirnos tan solo por el hecho de que el inicio de la canción no es del estilo que nos gusta.
Hemos de darle una oportunidad a todo en esta vida, porque sino en un futuro puede muy probablemente que nos arrepintamos de haber rechazado el oir esa canción que ahora se ha convertido en número 1 de las listas musicales de todo el mundo.
Odio los prejuicios, precisamente porque en demasiadas ocasiones en mi vida, se ha dado una valoración errónea sobre mi, una primera impresión que muchos después cambiaron...Solo que hubiera estado mejor si no hubieran hablado de lo que no sabían en primer lugar
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